martes, 28 de enero de 2014

Sentía mis piernas pesadas, mis antebrazos adoloridos y me dolía al respirar, todo estaba oscuro, y era porque aún no abría los ojos, cuando lo hice, todo era blanco, nada parecido a mi cuarto donde me había dormido.
Miré hacía los lados y la sala estaba sola, había un pequeño reloj mural que indicaban las 5:00am. ¿Qué me pasó? ¿Por qué estaba allí?. No recordaba nada, absolutamente nada, solo recordé que me despedí de mamá hace 5 horas atrás, que molesté a mi hermano, tecleé en el portátil y me acomodé para dormir.
De pronto moví una de mis piernas, pero fue en vano, los sentía, sí. Pero no los podía mover, luego miré mis brazos y vi que tenía piquetes de agujas en mi antebrazo derecho. Me asusté, y mi respiración se aceleró, hasta que me dolió el pecho de nuevo, fijé la vista allí y mayor fue mi miedo, cables, parches y vendas lo cubrían. ¿Que carajos me pasó?, de la nada sentí que golpearon la puerta y acto seguido, entró un chico vestido entero de color azul y una planilla en su mano, me sonrió cuando lo vi, pero yo no lo hice, estaba demasiado estupefacta para hacerlo, él se acercó a mi calmado, pensé que tal vez para no alterarme o porque era un lunático.

Cuando ya la distancia se acortó, me saludó.

-Hola, Laura. ¿cómo estás?. -Me dijo acercándose y sentándose a un costado de mi en la camilla.-

-No lo sé, ¿Cómo debería estar si me siento atada y llena de cosas extrañas conectadas a mi cuerpo? -Estaba realmente inquieta, y me alteré al ver su relajo en la voz y al preguntarme tan estupidez.-

-Tranquila, ¿quieres que te explique?. Si lo quieres, debes calmarte, te dolerá el pecho si te alteras o te agitas, ¿está bien?

-Solo asentí, sintiendo como mi mentón comenzaba lentamente a temblar, y él, se acomodó para lo que supuse, sería contarme todo.-

Bueno, Laura. Como primera cosa me presento, soy Eithan y soy tu médico, un gusto. -Y me sonrió con esas sonrisas que a cualquiera podía hacer olvidar las cosas, aunque fuese un extraño para mi, lo hizo.- En segundo lugar, te trajeron aquí hoy, a las 2:00am, deducirás que no fue hace mucho ya que son pasada las 5 de la madrugada. ¿Ves esos conectores en tu pecho, los cables y las vendas?, son para controlar tu ritmo cardíaco entre otras cosas, ya no tienes de que asustarte, lo más "peligroso" terminó .-Formó comillas con sus dedos en ese peligroso, y yo ansiaba saber aún más saber como había llegado allí.- Ya, ¿Y? -contesté seca, no porque quisiera, sino porque estaba ansiosa, él sonrió negando y dejó la planilla en el pequeño velador de noche que estaba a un lado de la camilla.- La cosa es que por lo que contaron tus padres, todos se fueron acostar a eso de las 12.00am, todo estaba bastante bien y bastante rutinario, hasta que a eso de las 1.30, sintieron un estruendo venir de tu cuarto, pensaron que se te había caído un mueble o algo por el estilo, y te llamaron para que respondieras, pero nada. Así que se levantaron de prisa, y al abrir la puerta se encontraron con tu cabeza debajo del muro principal que daba a la calle... -Antes de que terminara, un dolor se situó en mi nuca, viniendo unos cuantos flashback de lo que decía, pero no hablé, solo deje que continuara.- Fue un camión el que colisionó contra la muralla, la botó y no supieron el porque tu terminaste allí debajo, si tu cama estaba al otro lado de aquella muralla. Te trajeron acá y moriste en la ambulancia, cuando entraste yo me estaba yendo porque terminaba mi turno, pero en el camino sostuviste mi mano y me nombraste, ¿por qué? no lo sé, yo te oí pero nadie más lo hizo, sostuviste mi mano en la pasada y sentí que debía quedarme. -él suspiró y se relamió los labios, sin yo poder aún recordar todo lo que me contaba.- Me devolví y entré al pabellón, no estaba aún la doctora del turno, porque andaba en una habitación haciendo revisión de un paciente crítico. Entré y me puse una mascarillas, los guantes y la bata para examinarte. Y fue allí cuando tomando tu pulso me di cuenta que estabas sin latidos, que ya no había más que hacer, te reanimé para ver si funcionaba, pero nada, así que solo suspiré y estaba sacándome las cosas cuando un suspiro ahogado brotó de entre tus labios, me di la vuelta para verte y tenías tu mano sujeta de mi bata, intentando hablar movías los labios, pero tu voz no salía, solo un hilo de esta se alcanzaba a oír de una distancia bastante ínfima. Lo hice, me acerqué y oí que me nombrabas, estupefacto me quedé allí, en silencio, intentando escuchar que más me decías, y luego de musitar mi nombre te quedaste quieta, respirando tranquila dentro de lo que podías.

Me apresuré para limpiarte y alistarte para la posible operación, todo fue un éxito y estás acá. no sé como supe que despertaste, pero lo hiciste..















viernes, 17 de enero de 2014

Todos estaban realmente con una sonrisa en los labios, yo, yo simplemente estaba sentada leyendo una revista de hace un año, pensé en lo típico, parece una sala de espera, con las típicas clichés revistas de hace años atrás. Me reí apenas y me fui a lo del horóscopo, y leí ociosamente el mío, ahí fue donde recordé lo que mi prima me decía cada vez que yo lo hacía: "Es de mala suerte leer el horóscopo ya una vez pasado días", blahblah decía yo entre mi.
Llegué hasta la penúltima página, ahí, en la esquina inferior derecha estaba.

"Las dudas te invadirán, las inseguridades serán parte de tus días hasta que decidas cambiar aquello.
En el trabajo todo estará parejo y de buen semblante"

¿Qué a todo el mundo del mismo signo les pasa lo mismo?, fue lo primero que me cuestioné, pero en ese momento me sentía tan cual la primera línea, insegura y confundida.

Dejé la revista a un lado, con la sonrisa de Monroe clavándose en mis pupilas, que mujer más imperfecta y perfecta a la vez, ojalá la gente fuera como ella, que no le importaba la persona, o al menos eso hacía parecer que era. Me levanté y se acercó mi padre, preguntándome si quería espumante, le dije que no, porque nunca me ha gustado, negó y se fue, lo miré bastante extraño, ya que el no solía ser tan "cariñoso", bueno, andaba pasado de copas, he ahí la respuesta.

Todos estaban reunidos en la cocina, riendo y recordando su infancia y adolescencia, yo los observada de reojo, eran tan unidos, que me era hasta empalagoso a veces. Me acerqué hasta el balcón y saqué mi móvil, revisé unos cuántos mensajes que me habían dejado en las redes sociales y lo deje en una pequeña mesa de vidrio que estaba a un lado, no quería pasar el nuevo año pegada al móvil, así que me acerqué a la baranda y apoyé los antebrazos en esta, y veía las luces que adornaban los demás edificios que componían el condominio, moradas, verdes, rojas, azules, tantos colores que me molestaban a ratos la vista.

Suspiré pesado teniendo más de una cosa en la cabeza, mis confusiones, mis ilusiones, y mis seguridades que se estaban desvaneciendo, ¿Qué quería hacer de mi? ¿qué quería de mi vida?. De pronto los nervios se apoderaron de mi estómago, y un pequeño retorcijon se hizo presento, justo al tiempo en que dieron las doce, el cielo se iluminaba de destellos de luz de colores, los fuegos artificiales que se alcanzaban a ver desde casa. Suspiré y cerré los ojos con fuerza, deseando que mi valor apareciera y me pellizcara, que me sorprendiera como los fuegos artificiales.

Unos brazos me rodearon con fuerza por detrás, y varios más. Era mi familia, todos gritando, hasta saltando, diciéndome que todo estaría bien, que se me cumpliría hasta el más sucio deseo para este año, yo solo reí y negué diciendo que no se imaginaban mis deseos, los más perversos, hasta para ellos, se rieron y me llenaron de besos, como siempre.

Volvieron dentro y yo me quedé en el balcón, hasta que el vibrar de vidrio de la mesa me distrajo, era él, mis entrañas se hicieron un ovillo, y se mordí el labio inferior. Pensé unos segundos en dejarlo allí, pero no pude, cogí el móvil y contesté, solo escuché unas palabras y colgaron.
Me quedé atónita y miré hacía abajo, y allí estaba, en medio de la plaza común de los condominios, solo mirando hacía arriba. "Abajo, mira hacía abajo", ahora comprendí.

Me hizo señas para que bajara, yo negué, pero me llamó y dijo que iba a subir, alcancé a decirle que bajaría cuando colgó.
Iba llegando a la plaza cuando vi que sus brazos me rozaban los hombros, no entendí como ta rápido, si aún estaba a metros de él.
Cuando sentí su calor, su olor, la fuerza con la que me sostenía, desperté, asustada.
Aún seguía en el balcón, con la mejilla apoyada en la baranda y el frío calándome los huesos. ¿Quién era ese tipo del sueño?, me parecía cara conocida, pero no recordaba de donde, hasta que de pronto mi celular vibró, me asusté, ¿quién no lo haría con tal sueño?, lo tomé y era un número desconocido, solo escuché un murmullo y colgaron, me quedé mirando la nada con el móvil aún pegado a mi oído.

"Tranquila, este año también estaré contigo, te amo, insegura".

viernes, 10 de enero de 2014

Y ahí nos quedamos, sentados en la banca, mirando como el cielo iba cambiando su color hasta llegar a la noche. ¿Qué queríamos?...

Me dijiste que te sentías bien, que sentías un peso menos. Querías saber lo que yo sentía, pero como siempre, solo te dije que estaba bien.
¿No bastó para ser feliz?. Lágrimas, suspiros, susurros que el viento descifró.
Uno al otro nos apoyamos, cerramos los ojos, y olvídamos que existía más gente en nuestro alrededor, nos dio el valor para decir un par de cosas que nunca nos dijimos, tanto defectos como virtudes.

Por ti aprendí que puedo aceptar a cualquiera, como también que no quiero que cambien, si te conocí así, así tienes que seguir. Aunque hayan cosas que no compatibilizan conmigo.
Las sombras siempre estuvieron pisando la mía, queriendo cambiar mis ideales, mis sueños, mi esperanza, mi fe.
Era tan difícil seguir así, con esos miedos que pensaba volverían, con esas sombras que nunca me abandonarían, que serían siempre mi gran secreto.


Y ahí me fui, con la despedida plasmada en mis labios, con la música sonando, y mirando por la ventana del colectivo a las parejas, o sonrisas ilusionadas de comienzos.

Aprendiendo a volar.

Nacer es como simplemente dar tu primer llanto, aunque va más allá de eso, más allá de la sonrisa imborrable del los labios de tu madre o el nerviosismo de tu padre al no saber que hacer al ver esa pequeña criatura tan callada, tan pequeña, tan inofensiva.

Todo comenzó cuando en la adolescencia Mike tuvo amistades, diversas, en donde variaban desde la sexualidad hasta las que solo

 son superficiales y de salidas. Unas lo buscaban por su simpatía, por ese ánimo que tenía, por esa implacable chispa que lo hacía destacar de todos, ¿Un chiste?, él servía para eso ¿Unión?, él lo era. Todo a su alrededor parecía alegría, aunque por dentro tuviera heridas, de esas que nunca sanaran, ni con el primero amor, ni con el fastidioso psicólogo, ni pastillas, solo poder "salir" con ese pequeño apoyo que te puede dar tu familia.

Las drogas fueron un buen escape para Mike, y para quién no cuando se pierde un ser querido?,  no un familiar, alguien que es considerado un hermano, no de sangre, sino un mejor amigo. Los vicios son el mejor escape para alejarse de los malos momento, internet, salir, fumar, beber, drogarse, cada quien tiene su vicio para salir del dolor.

Las salidas solo daban más aumento a las drogas, eran tan buenos sus amigos, que no tenía para que llevar él, ellas venían a él, noches, madrugadas interminables entre alcohol y drogas, las que le llevaban a no dormirse, a querer seguir una y otra vez con lo mismo, a que fueran más fuerte que la comida, más necesarias que vivir.
Su familia había pasado a segundo plano, donde su familia solo estaba en el buenas noches o los buenos días de cuando estaba en casa y su mamá se los daba,


¿Alguna vez has encontrado salidas a tus problema en el aire?. El aire fresco, las calles, la noche, todo servía para ahogar todos los llantos, sufrimientos que guardaba en su alma, y las perdidas de sus mejores amigos, su amiga que decidió acortar su vida en una prueba de amor, y su mejor amigo que su vida decidió simplemente no continuar, cómo entender eso? cómo entender que la vida no era una mierda si te quita lo que más quieres? en lo que más te refugias?.

El tiempo pasó para Mike, los vicios los dejó atrás con mucho valor, coraje y confianza en si mismo, golpes en a pared para calmar la ansiedad de tan solo una vez más, que bien sabía no sería solo "una vez más". Los centro de acopio en donde la gente deducía lo dejarían, nada de eso era para él la prueba valida de que serviría, su propio autocontrol sirvió, nadie dijo que sería fácil, que el cuerpo fuera en su propio curso, que hiciera necesaria la droga, pero lo logró, ¿No es lo que cuenta?.

Pasaron todas esas penas y luchas en su vida, ya era un nuevo año, los estudios iban como siempre, ya no estaba de novio, estaba simplemente: Libre.

Mike en su nuevo comienzo, conoció chicos nuevos, en los que se reía, pasaba el día agradable, cada día esos chicos fueron forjando un grupo, los cuales se llamaron divertidamente como la "Mafia", algunos eran más cercanos que otros, y estos eran los que más se juntaban para pasar la noche juntos, en estas noches de juerga, se acercó más de lo normal a una chica, Denisse, ella era hermana de una de sus juntas, en donde la mayoría se iba a quedar para hacer una junta y beber.

Con ella era distinto, las miradas, las conversaciones, los silencios no eran incómodos, pero había un tope para ella, tenía novio, pero eso no fue impedimento para que se confundiera con Mike, y menos que él lo hiciera con ella.
En una de esas noches, faltó la bencina para la noche, así que decidió ir por más, con un amigo que se suponía lo acompañaría, cosa que no pasó, porque Denisse se adelantó y lo quiso acompañar. En la búsqueda de dichos tónicos, conversaron, rieron, fueron simplemente los dos, sin impedimentos, sin amigos, sin ruidos que pudiera interrumpir, solo había algo que los sostenía, la banca que los alentó a parecer más que amigos. ¿Un beso?, ¿Complicidad?, ¿Una caricia?.
Todo parecía bonito, que podría funcionar algo más allá, pero no fue así, ella cambió, las palabras ya no eran el lazo entre ambos, se acortó toda posibilidad de una nueva conversación, de una nueva complicidad, de nuevas sonrisas que declaraban cierta química en ambos. ¿culpa?, quizás fue uno de los factores que hizo que todo cambiara para ella.